sábado, 2 de agosto de 2008

Hoy llueve.

Hoy llueve. Llueve, llueve, llueve. Hoy no habrá paseo sobre las siete de la tarde para ver la curva de la calle John David, y cómo refulgen las ventanas con el sol y cómo se cuela la luz por entre las ramas, por entre la hierba... Pero qué gusto refugiarse en el sofá tomando tazones de café con galletitas, y leer Un árbol crece en Brooklyn. La protagonista, una niña de Brooklyn enamorada de la vida y de las palabras, me tiene completamente atrapada con su historia. Quiero ver qué hace, qué escribe, qué es de su padre y de su madre y de su hermano. Quiero ver con sus ojos la vida en las calles de Brooklyn, vivir en esa niña que tanto se parece a mí cuando era niña. Y es genial que de vez en cuando suene un trueno y Kaley se asuste, mirar a ratos la película que están dando en la tele, y ver esa cortina de agua tras la ventana... Es genial que entre este airecillo por los cristales entreabiertos y poder ponerse un jersey en pleno agosto.

Sí, lo siento, lo he vuelto a hacer. Estoy convirtiendo este blog en algo espeluznantemente cursi y tremebundísimamente aburrido. ¡Así acabaré hasta con los lectores imaginarios! En fin, autoconsejo para próximas entradas: tomar antes de escribir unas cuantas cucharadas de azúcar o, casi mejor, que no me dé tanta pereza ir a por el bolígrafo... O (desde luego, la mejor solución) callarme.

Qué triste saber que sabéis que ni me callaré ni tomaré azúcar ni tendré la suficiente fuerza de voluntad como para ir a buscar el bolígrafo...

5 comentarios:

Susana dijo...

Me encanta saber de ti y ver que estás tan feliz. He de volver a leer Un árbol crece en Brooklyn, sólo recuerdo que hará unos 35 años me gustó.

Aleix dijo...

No pots pensar de debò que llegir això sigui avorridíssim. No pot ser que no te n'adonis com de bé escrius, o (si és que opines que això no importa o no té mèrit) tot el que li pots transmetre al lector esporàdic:

Ganes de conèixer-te (o conèixer-te encara més), una alegria immensa (ressó de la felicitat que sents), un pànic egoista (que de debò poguessis marxar-te allà a viure, i no se't pogués seguir...), certes ganes de volar.

És cursi, això sí t'ho reconec, o bleda, si ho prefereixes, però crec que a tothom li valdrà la pena submergir-s'hi de ple si és per viure l'experiència de passejar-se dins teu.

Fins i tot als lectors imaginaris.

(Què el que jo escric també és bleda? És clar que sí! Com no ser-ho fins desfer-se? Bé que hi ha la sintonia...)

German dijo...

Més avorrit és la vida aquí sense tu! Així que res d’escrits avorrits, i res de pensaments negatius o rajo a l’armari cortina ;)

irene dijo...

*.*

AAAAAAAAAAAAAAaaaiiiiiiiiiiiix! Que monus que sou!!! :D

Doncs gràcies, gràcies, gràcies, gràcies! :D

Susi: Creo que te encantará volver a leer "Un árbol crece en Brooklyn". Es muy del estilo de "Las cenizas de Ángela", pero con una niña como protagonista en vez de un niño y, como escenario, Brooklyn en vez de Irlanda. No se puede decir que sea una obra maestra ni un prodigio del estilo, pero qué grandes son los personajes y cómo los quieres a todos...

Aleix: (...) jajaja! Sí, ho sento, per a tu només tres punts suspensius en un parèntesi. Para eso está la sintonía ;)

Ger: El pensamiento negativo hasta la muerte! Què et semblaria ajudar-nos a fer un pastís de xocolata (sí, el de la salmonela) el dia 12, quan haguem arribat i desfet les maletes...? És que sense tu pot sortir un desastre! I tenim ganes que ens expliquis tooootes les anècdotes del món :D

Un petó molt gran i gràcies per no deixar-me gaire temps sola amb els lectors imaginaris, o acabaria sentint veus i no em deixarien tornar a Espanya perquè em veuria obligada a posar al paperet verd de les preguntes que tinc una malaltia greu i em quedaria tancada en un manicomi d'Estats Units per la resta de la meva vida. Així que gràcies de nou :D

German dijo...

pastís... SIIIIIII!!!